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El pueblo Naso Tjër Di

sábado 09 de abril de 2011 En Panamá, junto a la frontera con Costa Rica, resiste un pequeño pueblo indígena: los Naso Tjër Di. Amenazados por los megaproyectos económicos, los 4000 Naso tratan de conservar cultura y territorio.

La comunidad de San San Drui, en Guabito.

La comunidad de San San Drui, en Guabito.

Por Redacción Otramerica

¿Quiénes son?

Los Naso (conocidos antes como Teribe) son uno de los ocho grupos indígenas que habitan Panamá junto a los ngäbe, buglé, kuna, emberá, wounan, bokotá y bri bri. En el caso de los Naso apenas quedan 4.000 individuos repartidos en 164.000 hectáreas y 11 comunidades. Se asientan en la provincia de Bocas del Toro, fronteriza con Costa Rica, en el entorno del Río Teribe (la 'gran abuela' en naso) y del Parque Internacional La Amistad, uno de los bosques tropicales más importantes de Mesoamérica. El territorio  Naso abarca gran parte de la cuenca hidrográfica del Río Teribe, cuenca y riberas del Río Yorkin, y parte del Río San San. De los 874.000 hectáreas de extensión de la Provincia de Bocas del Toro (12% del territorio de Panamá), el área ancestral Naso abarca el 14.9% de esta provincia. Su población, de acuerdo al censo realizado al mismo tiempo que el estudio por la Fundación Dobbo Yala, representa el 2.7% (de la población total de la provincia), y el 3.8%, dentro del área bananera (El Silencio, Chanquinola y Guabito).

Sobreviven apoyados en una economía de subsistencia con cultivos de plátano, cacao y arroz, la venta de madera, y la cría de algún cerdo y gallinas. Algunos hombres trabajan fuera de las comunidades y cuentan con escuelas de primaria, pero si los niños y niñas quieren seguir sus estudios tiene que viajar kilómetros para hacerlo.

En las comunidades aún se habla el naso, aunque el idioma va en franco retroceso por los procesos de aculturización. Son el único pueblo originario de Latinoamérica que tiene rey. El rey Valentín. Aunque el trono se los disputa un sobrino, Tito Santana, hasta ahora legitimado por el Gobierno de la ciudad de Panamá, pero no reconocido por los propios naso.

Desde los años 60 los Naso reclaman la constitución de la Comarca Naso Tjër Di que los sucesivos gobiernos han evitado. La Comarca es una constitución político territorial que sí tienen otras comunidades indígenas del país, lo que les permite cierto autogobierno, y que regula la propiedad de forma comunitaria. El actual Gobierno de Ricardo Martinelli les ofreció inicialmente realojos y crear una 'zona especial', no una Comarca, lo que reduciría a la mínima expresión sus derechos territoriales yde autogobierno, consignados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas de 2007, suscrita por Panamá. Los Naso le apuestan solamente a la Comarca.

 

Las amenazas

A la pérdida de su identidad cultural y la discriminación hacia los pueblos originarios en Panamá, se unen en el presente, y el pasado más reciente, amenazas más concretas.

Sobre las comunidades Naso pesan en este momento dos grandes amenazas. Desde hace casi dos años, la empresa ganadera de Mario Guardia (Ganaderas Bocas) trata de echar de sus tierras a las comunidades de San San y San San Drui, que ya han sufrido dos desalojos violentos a cargo de antimotines (30 de marzo y 19 de noviembre de 2009) que terminaron con sus casas destruidas, heridos y numerosos niños afectados por gases lacrimógenos. En ambos casos, los Naso resistieron en los pocos metros de terreno que ocupan sus casas junto al río, dentro de las apenas 190 hectáreas que son el litigio entre vacas e indígenas, y que Guardia reclama como suyas en base a mapas y títulos de propiedad otorgados por el Estado que según Ganaderas Bocas S.A. demuestra que fueron adquiridas en los años 60 a la United Fruit Company, la empresa bananera que se hizo con inmensas cantidades de terrenos sin gatar un dólar en todo Centroamérica y cuyos intereses movían gobiernos.

Las acciones legales y los argumentos que esgrimen los Naso aducen que ellos ya estaban allí, es decir, su tenencia tradicional de la tierra. La batalla legal se centra en probar este asentamiento, determinar los límites reales de la propiedad de Mario Guardia y, ahora también, en demostrar la ilegalidad de los desalojos, sobre los que ha habido sendos pronunciamientos a favor del pueblo Naso del relator especial de Naciones Unidas para los Pueblos Indígenas, James Anaya.

El caso de las comunidades del río Bonyik es uno más de los megaproyectos económicos que amenazan zonas de alto valor ambiental en las que se asientan grupos originarios en todo el continente americano. Se trata del proyecto que Hidroeléctrica Teribe S.A (Empresas Públicas de Medellín, Colombia) está ejecutando en Bonyik junto al Bosque Protector de Palo Seco y que ha supuesto un enerome daño ambiental y la irrupción cultural occidental con un grave perjuicio parael pueblo Naso. La resistencia indígena en “la trinchera” atrasó varios años el proyecto hasta que la dura represión policial y la persecución judicial de sus líderes abrieron la puerta a la multinacional colombiana.

La carretera entre las ciudades de Boquete y Cerro Punta,  que irrumpe y destruye, para siempre, entes biológicos y procesos evolutivos, en los bosques del parque nacional Volcán Barú, es otra de las amenazas que se ciernen sobre los pueblos Naso-teribe.

 

Debilidades y fortalezas

Las principal debilidad el pueblo Naso es su número cada vez más escaso y la 'occidentalización' de sus miembros que hace que se pierdan tradiciones, cultura, lengua... Los Naso se han mezclado en ocasiones con los Ngäbe. Sin embargo, entre sus fortalezas está las perseveranza. Llevan 40 años peleando por la Comarca, y en casos como el de San San y San San Druy o Bonyik enfrentándose a goliats a los que siguen resistiendose. Los Naso ha reconstruido por dos veces sus casas en San San Drui y aguantaron seis meses acampados en la Plaza Catedral de Panamá como denuncia a su situación. Seis meses en la retaguardia de un Palacio Presidencial ciego a las protestas y que ordenó la detención y expulsión de los resistentes.

 

Su historia

Es un grupo indígena bien definido y compacto que se conoce desde que los primeros exploradores españoles penetraron por la región bañada por el Río Teribe y sus afluentes. Eran comunidades más belicosas que las tribus vecinas. Sólo tenían como enemigos a los chánguenas o chánguinas, tribu caribe de notable fiereza y a los Talamancas que habitaban las márgenes del Río Sixaola. Los Naso, originalmente un pueblo que habitaba cerca de la costa, fue finalmente replegado hacia las montañas, donde se radica en la actualidad, debido a la presión de los miskitos nicaraguenses que “cazaban” trabajadores para el nuevo colono británico.

A mediados del siglo XIX, con la formación de las repúblicas centroamericanas las amenazas de los miskitos disminuyen y abandonan la cuenca de Changuinola y sus afluentes, y así los Naso comienzan a prosperar económicamente, aunque con itermitentes conflictos con los Bri Bri y los Talamanca.

Durante el siglo XX, pasan muy desapercibidos en el país hasta la llegada al trono de Lázaro Santana que produjo una era de paz y prosperidad a la región, seguido por su hijo Simeón que promovió centros escolares y comedores, y fue quien propuso la creación de una comarca indígena en 1973.

Actualmente, el gobierno está bajo una mezcla de monarquía constitucional y hereditaria. El Rey es elegido ahora por el pueblo en una votación, pueden postularse hombres y mujeres pero deben pertenecer a la familia Santana, la dinastía gobernante, del cual se inició en la primera mitad del siglo XX. El rey puede ser destituido en el Consejo General del Pueblo, con un quórum de 900 personas, y bajo los cargos de homicidio, traición y otros delitos señalados en las leyes tradicionales. 

Algunos Naso profesan la religión católica, aunque tradicionalmente creen en Sbö, Dios supremo y autor de la creación del mundo. También profesan una veneración muy respetada al río Teribe, del cual la llaman Gran Abuela y que ha servido de sustento para la etnia en general. (Fuente de Historia, José Reverte, Los indios Teribe de Panamá)

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