La inundación de una vida
martes 07 de junio de 2011 El río Changuinola ya no fluye. En su corazón, en plena zona de amortiguación del Parque Internacional La Amistad, entre Costa Rica y Panamá, se han cerrado las compuertas de la nueva represa de Chan 75. Familias indígenas han visto cómo se perdía todo lo suyo. A pesar de las advertencias internacionales, el Gobierno panameño no ha escuchado.
AES Corporation y el Gobierno de Panamá han procedido a inundar comunidades como Charco La Pava o Guayabal sin proceder a terminar las negociaciones de reasentamiento con los indígenas Ngäbe que, tras años de resistencia, tuvieron que resignarse a dejar sus casas.
No hay compuertas para frenar el avance de los megaproyectos en América Latina. En una carrera enloquecida del llamado 'progreso', megaproyectos económicos como el de la represa Chan 75, la primera de un complejo en el Río Changuinola (provincia de Bocas del Toro, Panamá) dab pasos de gigantes aplastando a pequeñas comunidades campesinas e indígenas.
Amnistía Internacional o la Alianza por la Conservación y el Desarrollo (ACD) habían denunciado en los últimos días el sorpresivo llenado de la represa de Chan 75 sin que la empresa AES Corporation hubiera terminado de negociar con familias indígenas Ngäbe que aún viven -o vivían- en Guayabal o en Charco La Pava, algunas de las comunidades afectadas. Los portavoces de AES, en el mayor de los descaros, afirmaron hace solo cuatro días que no era cierto que se estuviera inundando la zona.
Ahora, gracias al trabajo de ACD y a la resistencia de las comunidades, tenemos acceso a estas imágenes que dicen todo. Casas ya cubiertas por el agua, la represa casi llena y un paisaje desolador para todos aquellos que conocieron la zona antes del desarrollo de este megaproyecto de algo más de 500 millones de dólares y destinado a la producción de energía para la exportación.
La provincia donde Chan 75 se ha desarollado es una de las más pobres de Panamá y hay otras hidroeléctricas amenazando a comunidades indígenas, como la de Bonyik.
Además de los daños a las comunidades indígenas, el impacto de la represa de Chan 75 en el delicado equilibrio biodiverso del área ha sido denunciado por asociaciones ecologistas.