Donde nace la coca
jueves 16 de octubre de 2014 ¿Se puede seguir el flujo de un producto en el que todos los eslabones de su cadena son ilegales? ¿Se puede seguir el flujo de la coca desde el cultivo de su hoja hasta el producto final que se esnifa o fuma en cualquier ciudad del planeta? Lo intentaremos, para empezar de la coca a la cocaína.

Por geoactivismo.org
¿Se puede seguir el flujo de un producto en el que todos los eslabones de su cadena son ilegales? ¿Se puede seguir el flujo de la coca desde el cultivo de su hoja hasta el producto final que se esnifa o fuma en cualquier ciudad del planeta?
Sí, se puede llegar a vislumbrar un panorama general de todo el proceso, basado en la multitud de informaciones dispersas de cada eslabón de la cadena y en las estimaciones de los organismos de monitoreo e interdicción. Un rápido y esquemático dibujo de este flujo nos ayudará a visualizar, o por lo menos comprender de manera más o menos sencilla, el complejo sistema de los flujos y sus confluencias o el de la multiescalaridad geográfica. Probemos a hacer este paseo imaginario que nos ayudará a identificar numerosos elementos de la temática que estamos tratando (por lo menos así ya tendremos una imagen de conjunto para cuando hablemos, por ejemplo, de minería, palma aceitera, soja, petróleo o fiscalidad offshore).
Por supuesto nos estamos refiriendo a la hoja de coca que se cultiva y se transforma para la comercialización y consumo de uno de sus alcaloides, la cocaína. Estamos tratando del megaproyecto extractivo colonial de producción, tráfico y consumo de narcóticos (narcotráfico). Por eso queda fuera de este flujo todo lo que tiene que ver con los usos ancestrales y culturales de la hoja de coca (desde el mambeo o coqueo o mascado a las infusiones, alimentos o ritos de numerososPueblos Indígenas del área amazónico-andina, ¡todo un regalo de la Pacha Mama!), cuyo uso legal está regulado en mayor o menor grado de definición en los tres países productores: Bolivia, Perú y Colombia. Vaya, que podemos suscribir esa frase que repiten los defensores de la hoja de coca del área andina que dice que…
La Hoja de Coca NO es Cocaína al igual que la Uva no es Vino
De interés…
Todo un hito histórico (por lo menos en el papel) aconteció con la llegada a la jefatura del Estado de Bolivia de un sindicalista cocalero e indígena (recientemente re-elegido para su tercer mandato). Basta con leer el artículo 384 de la nueva constitución política boliviana para darse cuenta del nuevo estatus legal adquirido por la hoja de coca en el país (o re-conquistado).
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA
Capítulo Séptimo – Biodiversidad, Coca, Áreas Protegidas y Recursos Forestales. Sección II. Coca
Artículo 384. El Estado protege a la coca originaria y ancestral como patrimonio cultural, recurso natural renovable de la biodiversidad de Bolivia, y como factor de cohesión social; en su estado natural no es estupefaciente. La revalorización, producción, comercialización e industrialización se regirá mediante la ley.
Veamos dónde se inicia el flujo que transforma la hoja de coca en narcótico polvo blanco.
DE LA COCA A LA COCAÍNA
Actualmente, el flujo de la coca se inicia en determinadas áreas de Bolivia, Perú y Colombia. También han sido identificados y erradicados algunos cultivos de mata de coca en Ecuador y Panamá (especialmente en el área fronteriza con Colombia). Los últimos datos publicados por UNODC en 2014 (correspondientes al año 2013) indican que el área cultivada asciende a48.000 ha netas en Colombia, 49.800 ha netas en Perú y 23.000 ha netas en Bolivia (en Bolivia además, el área de cultivos legales regulados por la Ley 1008 asciende a 12.000 ha). De estas 121.000 ha netas se nutre el mercado mundial de la cocaína (2013), aunque el área afectada por los cultivos es aún más grande; así, en Colombia por ejemplo, el área ascendió hasta las 89.215 ha si se adicionan los cultivos erradicados manualmente y los erradicados mediante fumigación aérea.

Mapa de cultivos en la Región Andina, 2009. UNODC (2010). Para ver mapas más actualizados se debe acudir a los informes anuales de UNODC por país.
En las áreas de producción se cultiva la mata de coca y se recoge su hoja (“se raspa”). Es un cultivo eminentemente campesino y familiar en el que no suelen cultivarse grandes extensiones (fáciles de localizar y fumigar) ni suele darse el monocultivo (se intercala su cultivo con el pancoger). En ocasiones, aunque cada vez menos debido a una mayor presión monopolística del narco, son los campesinos quienes elaboran la primera transformación de la hoja a la pasta básica, si no, se vende la hoja de coca al peso.
El cultivo de la hoja de coca es recogido en el mismo campo de producción por los compradores, primeros intermediarios que son realmente quienes inician la cadena del narcotráfico. Al contrario que otros cultivos (yuca, plátano, etcétera) no es el campesino el que se tiene que desplazar, a veces durante horas o incluso días, hasta la plaza de mercadeo más próxima para vender su producto sino que vienen a recogérsela a su propio campo. Las ventajas de cultivar coca son evidentes… pero también los inconvenientes. Ningún cultivador se ha hecho, ni se hará, rico con este cultivo. La riqueza -o el valor añadido del producto de esta cadena- se genera en otros eslabones de la cadena productiva.
Y aunque las miles de familias (UNODC estima que eran 61.700 hogares en Colombia en 2013) que cultivan las matas de coca no se deben considerar como parte de la cadena del narcotráfico, son tratados como tales por los organismos estatales (o internacionales) de interdicción y erradicación. La cadena del narcotráfico empieza con la compra de la hoja de coca, sigue con su transformación, continúa con su transporte a lo largo y ancho del planeta y termina con su venta en los mercados minoristas, sin olvidar el lavado del beneficio en la economía formal. Ni el consumidor final ni el cultivador de la coca son narcotraficantes pero suelen ser así tratados por la mayor parte de las autoridades policivas y judiciales en el mundo.
Es cierto que soplan vientos de cambio en los foros que determinan las políticas reguladoras del uso de las drogas, tomando más fuerza las tendencias que tratan el tema desde ópticas de legalización, salud pública o desde enfoques de intervención socio-económica rural integral. Pero no hay que llevarse a engaño, la inercia internacional todavía es grande y el grueso del negocio sigue bien activo y dinámico, invirtiendo, por ejemplo, en la construcción de edificios en Ciudad dePanamá o abriendo cuentas en agencias de Lehman Brothers.

CULTIVADORES · Cultivadores en el Perú. Foto prensa ‘La República.pe’

CONSUMIDORES · Esnifando en Bologna (Italia). Foto flickr: Alessandro Bosselli
Es poco probable que cultivadores y consumidores se piensen mutuamente mientras cultivan la hoja de coca o esnifan la cocaína. Tampoco es probable que sean demasiado conscientes de que son eslabones extremos de una misma cadena -la del flujo mundial de la cocaína- en la que suelen llevarse magros beneficios pero la mayor parte de las afectaciones o efectos nocivos, ¡exactamente igual a como pasa en cualquier otro sector extractivo colonial!
Sin dejar todavía las zonas de cultivo de la hoja de coca, no conviene perder la perspectiva global y tener presente cual es la dinámica actual de las áreas productoras de cultivos declarados como ilícitos en el mundo. Hemos elaborado un mapa que intenta dar una completa instantánea del tema, marcando áreas de cultivo y legalidad del mismo:
Antes de seguir avanzando con el siguiente eslabón – donde se transforma la hoja en pasta, luego en base y finalmente en clorhidrato de cocaína-, vamos a esquematizar [en la próxima entrada de la serie] los cruces de flujos y las distintas geografías que se pueden trazar en las áreas de producción de coca.
Excelente charla de Alfredo Molano, historia oral, contexto y flujos históricos del cultivo de la coca y la marihuana en Colombia
Fidel