Crisis en Bolivia tras represión de la marcha del TIPNIS
lunes 26 de septiembre de 2011 Desde el Defensor del Pueblo hasta diferentes organizaciones de derechos humanos han reaccionado con estupor ante el ataque que sufrió ayer en la tarde (domingo) el campamento de la marcha indígena que trata de frenar el proyecto de carretera a través del parque natural del TIPNIS. Hay mucha confusión porque la Policía no permitió la cobertura periodística y una grave crisis nacional tras los hechos.
No hay datos claros, pero se denuncia la muerte de tres manifestantes y decenas de heridos. Hay llamados a la calma, en medio de una situación muy confusa con convocatorias de protesta en todo el territorio boliviano.
El Gobierno de Evo Morales responde cada día de una forma menos democrática los dos millares de indígenas que marchan hacia La Paz para protestar por el megaproyecto carretero que atravesará el parque natural del TIPNIS y que supone abrir la puerta a los cocaleros a un territorio de alto valor ambiental y cultural.
La orden de reprimir la marcha, ejecutada ayer domingo, abre una grave crisis política en el país que hoy ya se ha cobrado la renuncia de la Ministra de Defensa, Cecilia Chacón, que en una carta dirigida a Morales, asegura: "Asumo esta decisión porque no comparto la medida de intervención de la marcha que ha asumido el Gobierno y no puedo defender o justificar la misma". La Central Obrera Boliviana (COB) ha convocado una huelga nacional y hay diferentes protestas convocadas para el día de hoy. El histórico dirigente indígena Felipe Quispe ha reaccionado costernado ante este "suicidio político".
“Esta acción pone en riesgo la democracia”. Así de contundente fue anoche el Defensor del Pueblo de Bolivia, Rolando Villena. En un comunicado reproducido por el diario Opinión, El Comité de la Marcha de los pueblos indígenas en defensa del TIPNIS denunció la muerte de un bebé de tres meses y la desaparición de 37 personas, de las cuales siete son niños. Según informaciones proporcionadas por marchistas, el bebé falleció a causa de los gases lacrimógenos utilizados en la represión policial. “Hoy [por ayer] a horas 16:30 se inició un operático policial y /o militar de cerco sobre el campamento del puente San Miguel a 5 Km de Yucumo, donde estaban descansando alrededor de 800 marchistas, incluyendo más de dos centenares de niños y bebés. Alrededor de las 17 horas empezó una despiadada gasificación contra la gente indefensa, lo que provoco una confusión total y por ese motivo empezaron a extraviarse y desaparecer muchos de los niños que estaban ahí acampados junto a sus madres. Posteriormente efectivos de la policía procedieron a perseguir a la gente, a acorralarlos, golpearlos, quemando el campamento, gasificando mujeres embarazadas y deteniendo enseres personales de la prensa, obligaron a la gente a subir a camionetas para de esta manera, digna de la peor de las dictaduras, intervenir y acabar con la marcha”.
En Yucumo, la Policía y colonos apoyados por el Gobierno, mantenían un bloqueo a la marcha (ya se han producido varios desde que el 15 de agosto comenzara la protesta). Los choques y la desinformación no han cesado y el sábado se vivió un capítulo confuso en el que el Gobierno denunció el secuestro por unas horas del canciller David Choquehuanca por parte de mujeres indígenas y la acusación de las organizaciones sociales del intento de manipulación.
La Policía ha confirmado que varios de los marchistas fueron trasladados en buses a San Borja. “La intención, claramente, era descabezar la marcha”, ha denunciado el Defensor del Pueblo. Hay varios marchistas detenidos y a muchos de ellos no se les había permitido bajar de los buses esta mañana (lunes), entre ellos cinco diputados indígenas, como Bienvenido Sacu.
“Tenemos información que son muchos los dirigentes y comunarios que se han refugiado en el monte, así como los que se encuentran detenidos amarrados en los buses, en el camino, hay madres desesperadas buscando a los niños. Algunos compañeros lograron escapar y llegaron a San Borja para refugiarse como el presidente de la CIDOB Adolfo Chávez”, insiste el comunicado del Comité de la Marcha.
EL subcomandante de la Policía, Óscar Muñoz, aseguró que no se dio violencia policial, sino la respuesta a la agresión de los manifestantes. Pero nadie podrá comprobar esta versión ya que los periodistas también fueron ‘reprimidos’ y varios perdieron cámaras.
La Marcha (octava realizada por los indígenas del TIPNIS en la historia reciente del país) cumplía 41 días el domingo, un periodo marcado por los intentos del Gobierno central de detenerla con presión y amedrentamiento de colonos cocaleros leales a Morales y por las descalificaciones a sus organizadores a los que se ha llegado a acusar de estar financiados por el Gobierno de Estados Unidos.
Sin embargo, sin pruebas y con torpeza, el caso de la carretera del TIPNIS ha traspasado las fronteras y amenaza seriamente a la estabilidad del estado Plurinacional de Bolivia.