El regreso a la "impunidad parlamentaria" en Colombia
jueves 21 de junio de 2012 12 congresistas han conciliado en Colombia una reforma a la Justicia que blinda a los parlamentarios. Una cámara que ha demostrado sus vínculos con el crimen organizado, con numerosos casos de corrupción y poca credibilidad pública busca ahora garantizar la inmunidad (impunidad).

Los 12 congresistas que han 'amañado' a reforma. El Espectador
"Dejaron prácticamente en libertad a quienes están vinculados a procesos por parapolítica y a altos funcionarios relacionados a escándalos como el de Agro Ingreso Seguro o la ‘Yigispolítica". El Espectador
Como en los peores tiempos de la Constitución de 1886, Colombia se prepara para tener un Congreso casi intocable. Por no decir que inexpugnable. La nueva reforma a la Justicia, aprobada hoy en conciliación, ha traído consigo una serie de desbarajustes de tal tamaño que, para no ir más lejos, desmantela principios fundamentales de la Constitución de 1991: separación de poderes, responsabilidad individual y control cruzado entre las diferentes ramas del poder.
Se vuelve, bajo otra figura –la de aforados- a los nefastos tiempos de la inmunidad parlamentaria (aunque nuestro Congreso nada tiene que ver con un Parlamento). Además, aunque la iniciativa era reformar a la Justicia, terminó convertida en una ensalada a la que se agregaron bajo cuerda todo tipo de aderezos que hicieron estragos en diferentes intereses, alejados por completo de la propuesta inicial (reformar a la Justicia). Se pasaron por la faja principios jurídicos como los de “unidad de materia” y “consecutividad”, referidos ambos a seguir un bloque temático coherente y cohesionado al momento de legislar. En últimas, lo que se hizo fue meter unos “micos” de tal tamaño que parecen “gorilas”.
Por supuesto, los “embuchados” que nuestro Congreso aprobó (recuerden que se conciliaron entre representantes de ambas corporaciones –Senado y Cámara-) benefician a los Honorables Congresistas (nunca, como ahora, ha sido más deshonrosa la labor de estos sujetos). La explicación es simple: antes, un congresista podía perder su curul mediante un procedimiento más o menos ágil de la Sala Penal de la Corte Suprema y de esta corporación en pleno.
Ahora, un congresista quedará atornillado a su curul, pues es casi imposible removerlo, debido a los siguientes obstáculos fríamente calculados por los legisladores:
- Quien denuncie a un congresista deberá hacerlo en persona (imagínese usted denunciando a cualquiera de los obscuros personajes ya sentenciados y protagonistas de la parapolítica).
- Si el caso no progresa, y es fallado en su contra, apreciado y valeroso ciudadano, todos los millonarios gastos del frustrado proceso deberán ser pagados por usted. Si no lo matan, por lo menos lo arruinan.
- Si a pesar de todo el caso progresa, la situación tampoco es muy favorable. Aunque haya indicios suficientes, el congresista procesado no perderá su investidura. Por supuesto, desde su poderoso cargo moverá cielo y tierra contra usted y sus malévolas intenciones de hacer cumplir la justicia. ¿Adivine quién pierde por nocaut?
- Cuando las maniobras le fallen al congresista acusado, él tampoco se preocupará mucho, pues le queda el recurso de la doble instancia (una sala de cinco magistrados de la Corte Constitucional sería la primera, y luego la sala plena de la Corte Suprema).
- Y aquí la estocada final: ¿qué magistrado va a sentenciar al Honorable Congresista que le regaló cuatro años más en el cargo, pues con la reforma recién aprobada el periodo de los magistrados pasó de ocho a 12 años (por cierto, la misma edad de los más costosos güisquis)?
Por ello, solo queda invitarlo a que se una al movimiento #SeMueveLaContraReforma, una iniciativa plural que busca convocar un referendo para darle marcha atrás a este “gorila” que pasará ahora a estudio de la Corte Constitucional con resultados que parecen previsibles. Ya en comunidades como Twitter se hace la convocatoria con notable éxito.
Otro grupo de personas intentará demandar ante la misma Corte Constitucional la aprobada reforma a la Justicia, señalando allí diversos vicios.
Ciudadano, no le dé “me gusta” a esta nota, mejor salga a la calle y declárese en resistencia civil. Usted elige.