Buenos Aires Tropical
Lunes 06 de febrero de 2012 - La playa, lo bien que lo pasa la gente que va a playa; luego, los microcréditos en los avisos comerciales para tener plata e ir a la playa; luego, la violencia de la ciudad y sus sofocantes y húmedos 38 grados, y así...
Siguiendo -con ánimo comparativo- la lógica analítica de los enfoques de algunos medios de comunicación y siendo testigo presencial de los 20 minutos de transmisión que dedicó el canal porteño de TV Telefé a la imprudencia brutal de un joven de 15 años, que le sacó el auto a la madre y terminó atropellando a otro que resultó muerto... puedo decir, con cierta legitimidad que: son también una basura.
La playa, lo bien que lo pasa la gente que va a playa; luego, los microcréditos en los avisos comerciales para tener plata e ir a la playa; luego, la violencia de la ciudad y sus sofocantes y húmedos 38 grados, y así... Todo girando en un mismo círculo donde lo importante, según la TV, es ir a la playa.
Culos, tetas y sol. Es ese el telón que cubre el fondo de los noticieros en Buenos Aires, o de su mayoría. Más tarde, comprando palta (aguacate) proveniente de Chile en una verdulería atendida por bolivianos, otra televisión, esta vez con los guachiturros en vivo en el reality “gran hermano”.
Bajo el sol, nada nuevo. Y este sol porteño sí que calienta y tiene a medio Argentina con guayaberas y hawaianas (las típicas sandalias de fabricación brasileña que se usan en los pobres y calurosos países del Cono Sur), es difícil saber si ya este clima es lo normal, pues está siendo bastante extremo y cada año va repitiéndose el aumento.
Buenos Aires es una ciudad enorme, multicultural, subdivida en barrios y con sobre 10 millones de habitantes. Se acostumbra la vida nocturna con pizzerías, heladerías y parrillas donde se pueden comprar porciones de carne asada -de alta categoría- por todos lados y todo el año. En lugares ricos, medios y pobres.
Llena de “Villas” -asentamientos urbanos nacientes de tomas de predios en casos fiscales como el puerto o el tren- esta insigne capital denominada por algunos como "la capital" de América del Sur, alberga en condiciones precarias a cientos de migrantes provenientes de países vecinos así como de otras provincias de la Argentina.
En pleno verano, las altísimas temperaturas más las condiciones deplorables de vida, son alianza perfecta a favor de enfermedades y problemas habitacionales. La drogadicción y la desorganización ayudan y hacen a veces más difícil enfrentar el día a día, incluyendo los malos trabajos, la discriminación y la calidad de vida. Estas Villas Miseria, como también se les conoce, son similares a las Favelas de Brasil y son el peor tango de una ciudad conocida por su nivel de acceso a la cultura, por los bajos precios en las librerías, la producción cinematográfica apoyada por el Estado, su educación pública y la personalidad arrolladora de los porteños.
Una lluvia torrencial baldea las calles de Mauricio Macri, el empresario Jefe de Gobierno de la Ciudad, hijo de uno de los hombres más ricos de Argentina y extrañamente opositor y pro gobierno de Cristina Fernández.
Poco aire, agua y calor tenemos hoy. Próximamente en este mismo canal, una villa miseria por dentro.