México, Venezuela y Brasil nos empujan a un clima inhabitable
miércoles 23 de enero de 2013 La organización Greenpeace considera que el planeta está cerca el punto de no retorno para evitar el cambio climático que nos pondría al límite de la supervivencia. La industria planea 14 megaproyectos que empujarán al Planeta al final y tres países latinoamericanos son tristemente protagonistas: México, Venezuela y Brasil.
El desastre es previsible (y evitable). Pero eso no arruga a las multinacionales energéticas. Según informa con detalle Greenpeace en su informe “Punto de no retorno”, hecho público en estos primeros días de enero de 2013, la industria de los combustibles fósiles planifica 14 megaproyectos de extracción masiva de carbón, petróleo y gas que producirán dióxido de carbono nuevo en 2020 equivalente a las ya excesivas emisiones de todos los Estados Unidos.
Si se suman estas nuevas emisiones a la parálisis en la acción contra el cambio climático en la última década, el panorama, según la organización ecologista, es tétrico. Los 14 megaproyectos analizados en este informe sumaría un total de 300 mil millones de toneladas de CO2 (Gt CO2) de nuevas emisiones a la atmósfera para el año 2050 como consecuencia de la extracción, producción y combustión de 49.600 millones de toneladas de carbón, 29.400 millones de metros cúbicos de gas natural y 260.000 millones de barriles de petróleo. “Esto representa un aumento enorme en los combustibles fósiles nuevos, y un aumento enorme en el impacto en la atmósfera global”. La investigación de este nuevo informe fue realizado por Ecofys, una empresa experta en consultoría de soluciones de energía sostenible y sobre políticas climáticas.
Según el estudio, en 2020, fecha en la que según Greenpeace y los expertos se superaría el “punto de no retorno”, estos 14 proyectos incrementarían las emisiones de carbono por combustibles fósiles en un 20% y pondría al planeta en la senda de un incremento de temperatura de entre c 4 y c 5 grados. Hay que recordar que, según los científicos, para no entrar en una situación catastrófica habría que contener el calentamiento del planeta por debajo de c 2 grados. Por encima de este aumento de temperatura el incremento de inundaciones, catástrofes naturales, pérdida de especies, pérdida de productividad y conflictos puede ser incontrolable. Aunque Greenpeace no es optimista porque “las emisiones ya están fuera de control”. De hecho, la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) cifra en un 5% el aumento de las emisiones de CO2 en 2010 –el mayor incremento absoluto de la historia- y en un 3% en 2011. Estos nuevos planes de la industria lo que hacen es acelerar el proceso para llegar a un “clima inhabitable”.
El ‘aporte’ latinoamericano
De los 14 megaproyectos, tres están en Latinoamérica. El más agresivo es el de Brasil. En 2007, cuando se descubrieron reservas de petróleo de entre 50 mil y 100 mil millones de barriles de crudo a 8km de profundidad bajo el nivel del mar en el océano, el entonces presidente Lula Da Silva agradeció este regalo “a Dios”. La actual mandataria brasileña, Dilma Rousseff, ha asegurado que esta reserva “es el pasaporte hacia el futuro” del país. Para Greenpeace “es el pasaporte hacia la catástrofe”. Las compañías involucradas en el proyecto –a la cabeza está la estatal brasileña Petrobrás, pero participan las multinacionales Chevron, Statoil y Shell- planean extraer ya para 2020 unos 2 millones de barriles. Eso añadirá 330 millones de toneladas al año de emisiones de CO2 (equivalente a lo que producía toda Sudáfrica en 2010). Además del impacto brutal en el clima, la operación supone una complejidad técnica tremenda, por la ubicación de las reservas bajo una densa capa de sal del cretáceo de 112 kilómetros cuadrados de extensión, y las consecuencias de las perforaciones. En 2035, el megaproyecto prevé estar extrayendo 4 millones de barrilles diarios (660 millones de toneladas de CO2).
En Venezuela es el delta del Orinoco y los bloques petroleros de esa zona los que generan graves problemas. Allí se prevé estar produciendo hasta 2.3 millones e barriles diarios en 2035, lo que supondrá unas emisiones anuales de 190 millones de toneladas de CO2. En el caso del Golfo de México, las nuevas perforaciones subacuáticas generarán unos 2.1 millones de barriles diarios en 2016, lo que sumaría 350 millones de toneladas de emisiones de carbono anuales (el equivalente a todas las emisiones de Francia en 2010).
Los otros megaproyectos críticos están situados en Australia (carbón), China (carbón), Estados Unidos (carbón y gas), Indonesia (Isla de Kalimantan, carbón), Canadá (Alberta, petróleo), Ártico (petróleo y gas), Mar Caspio (Kazajistán, Azaebaiján y Turkmenistán; petróleo).